vitalidad en verano

Cómo mantenerse lleno de energía y vitalidad en verano

En este post os daremos trucos para conservar la vitalidad en verano. La llegada de éste es sinónimo de más horas de luz, de vacaciones escolares y de un ambiente en general más alegre y animado que en invierno. Parece que todos tenemos más energía, vitalidad y buen humor con el buen tiempo. Pero no todo es siempre tan de color de rosa. La época estival tiene también sus inconvenientes. El principal en muchas zonas es el calor, que puede llegar a ser excesivo en las horas centrales, además de dificultar el sueño por las noches si la temperatura no desciende lo suficiente.

Aunque hay quieren reciben el calor del verano con alegría, para muchos sobrellevarlo se hace bastante cuesta arriba. Sobre todo en las zonas de clima cálido, donde se pueden superar los 35 grados en las horas de más calor. Lo más recomendable es descansar en un lugar fresco durante las horas centrales del día. Pero esto, salvo las personas mayores y los niños, es poco habitual que podemos hacerlo. A no ser que estemos de vacaciones. Y la sensación de calor sofocante puede hacernos perder la energía y la vitalidad.

Vitalidad en verano: trucos para no perderla

Para sobrellevar el calor y no perder la energía, basta con seguir unos sencillos consejos relacionados sobre todo con la alimentación, la vestimenta y la distribución de las actividades de ocio y deporte durante el día. Veremos a continuación qué pequeños hábitos modificar para conservar intacta nuestra vitalidad en verano.

  • Procura vestir ropas frescas y ligeras. La llegada del calor hace que dejemos atrás las chaquetas y las botas. Las cambiamos por vestidos, camisas frescas, sandalias y calzado ligero. En los días de mucho calor es aconsejable vestir prendas de tejidos naturales, como el algodón o el lino. Favorecen la transpiración y aportan sensación de frescura.
  • Hidrátate convenientemente. Para combatir el calor es conveniente beber líquido en abundancia. Sobre todo, agua y bebidas naturales y sin alcohol como, por ejemplo, zumos. En cuanto al té y el café, no es aconsejable tomarlos pasada la hora de la comida. Los efectos de la cafeína pueden dificultar el descanso nocturno, que puede ya ser complicado por el calor, y hacer que al día siguiente nos arrepintamos de haber tomado un café con hielo a la hora de la merienda.
  • Haz cinco comidas diarias, pero ligeras. En verano, el desayuno y comer cinco veces al día siguen siendo tan importantes como en otras épocas del año. Eso sí, esto no quiere decir que haya que atiborrarse ni comer platos fuertes. La sensación de pesadez y las digestiones difíciles pueden aumentar la sensación de exceso de calor. Es mejor optar por platos sencillos y ligeros, como ensaladas, fruta, carnes blancas y pescados a la plancha, etc.
  • Limita el ejercicio físico en las horas centrales del día. A pesar del calor, en verano no conviene dejar de hacer ejercicio físico, tan solo cambiar su intensidad y las horas en las que se realiza. Lo más recomendable es ejercitarse en las primeras horas de la mañana o al anochecer, cuando se ha escondido el sol y el calor es menor. También viene bien, si se acostumbra a realizar actividad física intensa, cambiarla por otro menos intenso. Por ejemplo, yoga, taichi, natación o carrera suave.
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