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Hígado graso: qué es, cómo se detecta y tratamiento

El hígado es el órgano más grande dentro de nuestro cuerpo, ayuda a digerir los alimentos, almacenar energía y eliminar toxinas. Actualmente el hígado graso está muy presente en la sociedad y se estima que hasta un 25% de la población general en los países occidentales lo padece. Esta enfermedad se puede tener a cualquier edad, pero es habitual que se diagnostique entre los 50 y 70 años.

¿Qué es el hígado graso, esteatosis hepática o EHGNA?

El hígado graso, esteatosis hepática o EHGNA (enfermedad del hígado graso no alcohólica) es la acumulación de grasa en las células hepáticas, que puede suceder por dos motivos, porque se produce en exceso esta grasa o porque se disminuye su eliminación.

Tipos de hígado graso: alcohólico y no alcohólico

Hígado graso alcohólico

Como su propio nombre lo indica, el hígado graso alcohólico se debe al alto consumo de alcohol. El hígado consigue descomponer la mayoría de alcohol que ingiere el organismo para que sea eliminado del cuerpo, pero es posible que a la hora de descomponerse genere sustancias dañinas. Éstas sustancias pueden dañar las células del hígado, incluso provocar inflamación y debilitar las defensas naturales del cuerpo.

Esta enfermedad del hígado graso solo ocurre en personas que beben mucho y sobre todo en aquellas que han bebido durante un largo periodo de tiempo. El riesgo a padecer esta enfermedad es mayor para bebedores de alcohol obesos, mujeres o personas con ciertas mutaciones genéticas.

Hígado graso no alcohólico

La enfermedad de hígado graso no alcohólico es un tipo de hígado que no está relacionado con la toma de alcohol y está relacionado aunque no siempre con personas con sobrepeso.

Causas del hígado graso

A día de hoy, todavía no se sabe muy bien la causa de esta enfermedad, aunque parece estar relacionada con la dieta, posible resistencia a la insulina y alteraciones genéticas. Como decíamos, no hay una causa exacta, pero sí que hay factores comunes en ambos tipos de hígado graso:

  • Personas con sobrepeso u obesas
  • Resistencia a la hormona insulina (las células no procesan el azúcar)
  • El uso de ciertos medicamentos
  • Nivel elevado de glucemia (indica prediabetes o diabetes tipo 2)
  • Estilo de vida sedentario
  • Niveles altos de grasas en sangre, sobre todo los triglicéridos

Principales síntomas del hígado graso

Llegados a este punto, seguramente te preguntarás, ¿Cómo saber si sufro de hígado graso?

Aunque normalmente no causa signos ni síntomas, cuando ocurre puede suceder:

  • Fatiga
  • Dolor o molestia en la parte superior derecha del abdomen
  • Hinchazón abdominal
  • Bazo agrandado
  • Palmas rojas
  • Color amarillento de la piel y en los ojos

Diagnóstico del hígado graso 

Debido a que no hay síntomas para saber si se padece de hígado graso, no es fácil diagnosticarlo. El médico te realizará ciertas preguntas, la primera de todas si consumes alcohol frecuentemente, ya que es uno de los motivos principales del hígado graso. Por lo tanto, ¿cómo saber si sufro de hígado graso?

  • Análisis de sangre: los análisis de sangre pueden detectar anomalías en el hígado, como la inflamación, porque ésta puede conducir a la cirrosis.
  • Ecografía: la ecografía, tomografía y la resonancia magnética nuclear abdominal permiten detectar el exceso de grasa en el hígado pero no siempre son suficientes para determinar si existe inflamación o fibrosis.
  • Biopsia hepática: es la prueba más precisa y puede ser necesaria para confirmar el diagnóstico. Esta prueba consiste en que se te introduzca una aguja larga y hueva a través de la piel hasta el hígado con el objeto para obtener una pequeña muestra de tejido hepático para un examen microscópico. Ayuda a saber si existe hígado graso, y si es debido por el alcohol u otras causas.

Alimentos malos para el hígado graso

  • Alcohol: El consumo excesivo de alcohol es una de las principales causas de hígado graso, por lo que es fundamental reducir o eliminar su consumo.
  • Azúcares añadidos: Evita los alimentos y bebidas ricos en azúcares añadidos, como refrescos, golosinas, pasteles y postres. El exceso de azúcar puede empeorar la acumulación de grasa en el hígado.
  • Alimentos fritos y grasas saturadas: Limita el consumo de alimentos fritos, como papas fritas y pollo frito, así como de grasas saturadas presentes en carnes procesadas, mantequilla y productos lácteos enteros.
  • Comida rápida y alimentos procesados: Estos suelen contener grasas trans y altos niveles de sodio, lo que puede agravar el hígado graso. Evita las hamburguesas, pizzas y otros alimentos procesados.
  • Productos ricos en sal: Una dieta alta en sodio puede contribuir a la retención de líquidos en el cuerpo y aumentar la presión arterial, lo que no es favorable para el hígado. Limita los alimentos enlatados, embutidos y comidas precocinadas.
  • Bebidas azucaradas y energéticas: Las bebidas gaseosas y energéticas a menudo contienen altos niveles de azúcar y pueden aumentar la acumulación de grasa en el hígado.
  • Alcohol de azúcar: Evita los alimentos y bebidas que contienen alcohol de azúcar, como sorbitol o xilitol, que pueden causar malestar gastrointestinal y agravar la condición hepática.
  • Grasas trans: Están presentes en muchos alimentos procesados, como margarina y productos horneados comerciales. Lee las etiquetas y evita los alimentos que contienen «aceite parcialmente hidrogenado».
  • Exceso de carbohidratos refinados: Limita los carbohidratos refinados como el pan blanco, arroz blanco y pasta. Opta por carbohidratos complejos como el arroz integral, la quinua y la avena.
  • Salvado de avena y cebada: Estos alimentos, aunque son saludables en general, pueden empeorar el hígado graso debido a su alto contenido en fibra insoluble.

Tratamiento del hígado graso 

El tratamiento del hígado graso se basa en poder controlar o eliminar la causa que provoca esta enfermedad, es decir:

  • Perder peso
  • Dejar de beber alcohol
  • Adoptar medidas para controlar la diabetes o reducir los niveles de triglicéridos
  • Dejar de tomar cualquier medicamento que pueda estar causando el hígado graso

Por lo tanto, se debería modificar el estilo de vida, como tener una alimentación saludable, tener una pérdida de peso significativa, ya que disminuyendo entre un 5% y 10% ayuda a reducir el contenido de grasa en el hígado y a reducir la inflamación.

Alimentación para el hígado graso

Alimentos con fibra

Hay estudios científicos que dicen que los alimentos con alto contenido en fibra, puede reducir el riesgo y la gravedad de dicha enfermedad. Es debido a que la fibra consigue estimular a la microbiota intestinal, promoviendo el buen funcionamiento del intestino y aumentando la producción de vitaminas necesarias para que el organismo funcione bien y así evitar la inflamación o prevenir el daño en el hígado.

Algunos alimentos con fibra que pueden ayudar son: lentejas, garbanzos, arroz integral, quinoa, trigo, manzana, pera, plátano, kiwi, almendras, pistachos, avellanas, nueves, semillas de girasol, chía.

Alimentos con probióticos 

Los probióticos pueden prevenir la aparición de fibrosis (una complicación en el hígado graso), reducir los depósitos de grasa en el hígado, reducir el estrés oxidativo y brindar efectos antiinflamatorios.

Algunos alimentos con probióticos pueden ser: yogur, kimchi, kombucha, kéfir, miso, chucrut.

Alimentos con omega 3

El omega 3 puede inducir a la oxidación de ácidos grases, el cual es un punto clave para en el tratamiento del hígado graso. También puede modular la microbiota intestinal, mejorando la disbiosis, reduciendo los microorganismos asociados a sobrepeso, obesidad y complicaciones en el hígado graso y promoviendo que la microbiota tenga microorganismos beneficiosos para el cuerpo. Además, el omega 3, actúa como antiinflamatorio en la enfermedad del hígado graso, ya que reduce la inflamación y disminuye el riesgo de complicaciones.

Algunos alimentos que contienen mayor cantidad de omega3: salmón, atún, trucha, sardinas, semillas de linaza, chía, nueces, aceite de soja, de canola y de linaza.

Alimentos con vitamina E

La vitamina E tiene efectos preventivos y curativos para el hígado graso, además también es antioxidante, evita el estrés oxidativo y llega a suprimir la acumulación de grasa, reduce la inflamación hepática y previene la fibrosis hepática.

Alimentos que tienen mayor contenido de Vitamina E: aceite de girasol, de maíz, de soja y oliva. También las avellanas, almendras, maní y pistachos, semillas de girasol, espinacas, brócoli, tomate y espárragos.

Alimentos con carotenoides

Los carotenoides son compuestos responsables de la coloración de gran número de alimentos vegetales y animales. La toma de este compuesto puede atenuar el estrés oxidativo en el hígado, ya que contiene un gran poder antioxidante, disminuye la inflamación y mejora la sensibilidad de la insulina.

Los alimentos que pueden contener mayor carotenoides son: naranja, mango, melocotón, papaya, guayaba, ciruela, mandarina, zanahoria, tomate, pimiento rojo, calabaza, salmón, yema de huevo.

En Vitae nos preocupamos por vuestra salud y es por eso que intentamos ofrecer lo mejor de nosotros, aportando ideas de valor para vuestro día a día. Muchas veces, para conseguir el bienestar pleno es necesaria la suplementación, y a continuación os contamos nuestra propuesta.

Propuesta Vitae

Vitarlic® Cleanse es una combinación a base de:

  • Extracto de ajo añejado: tiene un efecto antioxidante, hepatoprotector, antihepatotóxico y mejora la función hepática. También posee efectos beneficiosos a nivel sanguíneo, antiateroescleróticas, hipolipemiantes, antiagregante plaquetario y fibrinolíticas. Además, presenta acción antibacteriana, antimicótica y antiviral.
  • Vitaminas A, C y E: se trata de vitaminas antioxidantes que protegen las células frente al daño oxidativo.
  • Selenio: aumenta la expresión de la enzima glutatión peroxidasa.
  • Té verde: este extracto tiene efecto diurético que incrementa la actividad antioxidante del plasma y protege del daño oxidativo.
  • Extracto de cardo marino: estimula las vías de desintoxicación, repone los niveles de glutatión, estimula la regeneración hepática y posee efectos hepatoprotectores, antihepatotóxicos y antioxidantes.
  • Extracto de semilla de uva: incrementa la actividad antioxidante del suero sanguíneo.
  • Extracto de corteza de pino: incrementa la actividad antioxidante del plasma
  • Glutatión: se trata de un antioxidante natural del organismo con efectos detoxificantes que también interviene en el sistema inmune y mantiene los niveles de la enzima glutatión peroxidasa (junto con selenio).

Todos ellos facilitan la detoxificación del sistema hepático gracias a su formulación única y su gran contenido en antioxidantes, que son muy potentes y protegen contra radicales libres y el estrés oxidativo, además de tener un efecto hepatoprotector.

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