De un tiempo a esta parte el tema de la Vitamina D, carencia, cantidad recomendada, obtención etc. se ha convertido en un debate recurrente entre los expertos en piel y sol. Todo apunta a que nuestros niveles de vitamina D están más bajos que nunca, seguramente debido a que socialmente ha habido un aumento de la conciencia de los efectos nocivos del sol, y por lo tanto de protegernos más y mejor. Aunque también influyen la dieta, la capacidad individual para absorberla a través de los alimentos y nuestra piel y, por supuesto, del lugar dónde vivimos y de nuestro tipo de piel y pelo.
¿Para qué sirve la vitamina D?
Su principal función es la de mantener nuestra densidad ósea en perfecto estado, promoviendo la absorción del calcio y el fósforo. Así pues, con una dosis adecuada de esta vitamina nos aseguraremos de tener unos huesos fuertes y de evitar algunas enfermedades.
También interviene en el correcto funcionamiento del sistema inmunológico, en la prevención de enfermedades cardiovasculares y incluso de estados de tristeza o decaimiento.
Por lo tanto, vemos que es importante mantener unos niveles adecuados de esta vitamina en el cuerpo.
¿Cómo podemos obtenerla?
Hay diferentes vías para hacerlo. La primera y más natural es a través de los rayos solares. El tiempo de la exposición solar dependerá del tipo de piel y pelo y de la capacidad de nuestro organismo para absorber esta vitamina correctamente.
Otra forma de obtenerla es a través de la alimentación, con alimentos ricos en vitamina De cómo el hígado, aceites de pescado, el salmón, el pescado azul y la yema de huevo, entre otros.
Finalmente, tenemos la opción de suplementarnos con complementos alimenticios ricos en esta vitamina que nos ayudarán a obtener los niveles adecuados.
