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Sí, la inflamación celular puede ser la causante de afecciones como la sequedad o las arrugas

En el año 2004 la revista Time publicó una portada que bautizó con el nombre The Secret Killer (<<El asesino secreto>>, en español), que hacía referencia a la denominada inflamación celular, que aún su ausencia de síntomas, puede ser la culpable de diversas enfermedades y afecciones. Esto marcó el inicio de una nueva preocupación en los ámbitos de la salud, el de la hinchazón que afecta a las células.

¿A qué es debido esto?

Lo hemos oído mil veces. Una mala alimentación, la contaminación o el estrés puede arrugar, engordar y provocar otras patologías en nuestro organismo.

Tal y como explicaba el famoso artículo, no se puede catalogar como una enfermedad, pero muchos médicos, farmacéuticos y dermatólogos lo consideran el origen de múltiples patologías. La revista Smoda publicó un artículo donde comentaba que según la farmacéutica Inmaculada Canterla (cosmeceuticalcenter.com), <<El desgaste de las células, provocado por una mala alimentación, el estrés o la contaminación, se convierte en el enemigo invisible número uno de la belleza>> además que <<La inflamación no se ve, por lo que no nos podemos adelantar a su aparición, pero sí prevenirla>>.

¿La inflamación puede provocar arrugas y sequedad?

La respuesta es sí. Hace un tiempo cuando teníamos algún problema en la dermis lo solucionábamos con una crema tópica y ya está. Actualmente sabemos que muchas de estas afecciones provienen del interior, y por lo tanto hay que tratarlas desde su origen.

¿Cómo podemos combatirlo?

A nivel superficial uno de los grandes aliados para combatir la hinchazón de las células es el frío. Podemos enfriar nuestras cremas faciales o mascarillas y luego aplicarlas en la cara.

A nivel interno, no podemos olvidarnos de la alimentación que debe incluir frutas, verduras y alimentos concretos como por ejemplo la cúrcuma (muy desinflamtoria). Reducir (o eliminar) el consumo de tabaco y alcohol. También es importante que tengamos en cuenta la incorporación de alimentos ricos en omega 3 y 6 como las nueces, el pescado, el aguacate, el aceite de oliva etc.

Finalmente, en cuanto a nuestro estilo de vida, tenemos que procurar que sea lo más equilibrado posible, con el mínimo estrés y aumentando aquellas cosas que nos provoquen bienestar y felicidad.

 

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