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Hábitos de vida saludable que favorecen el neurodesarrollo

hábitos de vida saludables y neurodesarrollo en niños

Los hábitos de vida saludable pueden parecer de sentido común, pero en ocasiones se nos olvidan, y aunque no se pueden considerar un tratamiento específico, todas ellas pueden ser muy útiles para prevenir y mejorar las dificultades y alteraciones en el neurodesarrollo.

Índice:

Dieta equilibrada

Tener una buena alimentación no es tarea fácil, pero son tantos los beneficios y las recompensas de esforzarnos un poquito, que no podemos dejar de recordar lo importante que es para favorecer el desarrollo y para disfrutar una buena salud mental y física.

En todas las etapas vitales es un hábito de vital importancia, pero puede serlo incluso más en el caso de las mujeres embarazadas, lactantes, niños y personas mayores.

Con el objetivo de favorecer el neurodesarrollo de los más pequeños (que empiezan a desarrollarse desde antes de nacer) y mantener la salud cognitiva en los adultos y mayores, debemos: evitar los alimentos procesados (conservantes, colorantes, grasas, azúcar…), consumir alimentos frescos (es recomendable aumentar el consumo de frutas y verduras para beneficiarnos de sus vitaminas y es muy importante comer con frecuencia frutos secos, semillas y pescado azul, porque contienen mayor cantidad de Omegas) y, por último, son recomendables los complementos alimenticios de Omega-3 y Omega-6, especialmente para aquellas personas que comen poco pescado, ya que así podemos garantizar con mayor seguridad que cubrimos las necesidades nutricionales diarias y porque son los ingredientes más importantes para cuidar la salud de nuestro cerebro y muchísimos otros beneficios.

Actividad física al aire libre

Para tener una buena salud mental y física es muy importante dedicar todo el tiempo que podamos a realizar actividades físicas al aire libre.

El contacto con la naturaleza tiene una infinidad de efectos positivos demostrados por la ciencia: es bueno para el desarrollo del cerebro, ayuda a la concentración y la creatividad, mejora la memoria y el rendimiento mental, elimina el estrés y la fatiga, mejora el sistema inmunológico y combate la depresión y la ansiedad.

Los niños aprenden sobre todo imitando a los adultos, así que nos tenemos que tomar muy en serio el hecho de fomentar actividades en familia, siempre que sea posible. Jugar en el parque, hacer una excursión por la montaña, acampar en la naturaleza o practicar deportes de aventura son solamente algunas de las infinitas actividades que podemos hacer.

Limitar el tiempo de pantallas

Hoy en día, es posible que este hábito sea el más difícil de controlar, ya que en la actualidad los niños y jóvenes utilizan las pantallas (móvil, ordenador, tablet….) para absolutamente todo, incluso para realizar actividades escolares.

Los entendidos en la materia recomiendan la regla 3-6-9-12 para que los padres regulen el uso de la tecnología en sus hijos desde una temprana edad.

En primer lugar, antes de los 3 años nada de móviles o tablets y poca televisión. El exceso de televisión en los primeros años de vida puede ralentizar el desarrollo del lenguaje y la memoria en los niños.

En segundo lugar, antes de los 6 años nada de videojuegos. Se recomienda mantener a los niños alejados de los videojuegos hasta que cumplan seis años, una edad en la que ya han ganado cierto grado de autocontrol y su cerebro se ha desarrollado lo suficiente.

En tercer lugar, antes de los 9 años nada de Internet a solas. El uso de la red a una edad muy temprana también implica algunos riesgos ya que los niños pueden encontrarse con contenido no adecuado para su edad.

Por último, antes de los 12 años nada de redes sociales, ni smartphone propio. Es importante establecer algunas pautas sobre el uso de Internet en casa, determinar horarios y establecer algunas normas para su uso responsable.

Relaciones positivas y el bienestar en el cole

Para garantizar un buen desarrollo es muy importante que los más pequeños se sientan seguros y rodeados de relaciones positivas tanto dentro como fuera de casa.

Tener buenas relaciones dentro de la familia les ayuda a desarrollar sus habilidades sociales para después construir relaciones sanas fuera de casa. Los padres son los mejores guías y referentes, por tanto son los responsables de esforzarse para conectar con los hijos: pasar todo el tiempo posible con ellos (evitando el exceso de actividades extraescolares), compartiendo actividades (ayudar con las tareas del hogar, por ejemplo) y contando con la opinión de los niños para averiguar qué quieren ellos y cómo se sienten.

La confianza que genera el entorno familiar es vital para que aumente su sensación de seguridad, autoestima, autocontrol, la capacidad de aprendizaje y la capacidad de explorar su entorno saludablemente. Es importante que los niños y niñas vean a sus padres tranquilos ante situaciones complicadas o desconocidas, y demostrarles que nos pueden comunicar sus problemas y preocupaciones sin miedo a ser castigados, porque así aprenden que sabemos escucharles.

También debemos prestar atención a cómo es la experiencia de los niños en el cole. Es necesario que preguntemos. ¿Le gusta ir?, ¿se pone enfermo frecuentemente?, ¿se pone triste o llora cuando es hora de ir al cole?, ¿tiene amigos y parece que se lo pasa bien?, si averiguamos cómo se sienten, tenemos la información necesaria para actuar si fuera necesario, hablando con los profesores y buscando estrategias para que la experiencia sea más cómoda y por tanto que pueda concentrarse mejor en aprender y pasarlo bien.

Higiene del sueño para descansar mejor

El sueño juega un papel clave en el desarrollo y mantenimiento de la salud. Cuando dormimos, el cuerpo sigue trabajando para reparar los tejidos y los órganos, liberando hormonas que ayudan al crecimiento y a mantener una función cerebral saludable. Sin un buen descanso puede ser difícil concentrarse, disponer de claridad mental y regular las emociones.

En el caso de las personas neurodiversas, podemos observar cómo sus síntomas se vuelven más prominentes cuando no obtienen la calidad de sueño que su cuerpo y mente necesitan.

Cuando enseñas a tus hijos una rutina de sueño, es importante que dos horas antes de acostarse se apaguen todas las pantallas y sustituir la TV por la lectura, por ejemplo. También es importante que la temperatura sea agradable (alrededor de 19ºC) y reducir los alimentos o bebidas con edulcorantes y/o cafeína (Coca Cola o Nestea, por ejemplo).

Es recomendable cenar temprano y ponerse el pijama a continuación, para que puedan acostarse pronto y descansar todas las horas que necesitan. Después de cenar es recomendable evitar actividades que pueden excitar a los niños, como por ejemplo jugar con el móvil, la tablet o el ordenador. A la hora de ir a la cama, es importante dedicar un rato para charlar o explicar un cuento, con la luz tenue, hasta el momento de apagar las luces.

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