Cuando hablamos de efecto antiaging, hacemos referencia a las propiedades que tienen algunos medicamentos, alimentos o procedimientos para retrasar los efectos de la edad, combatir los radicales libres y retrasar el envejecimiento de las células.

El efecto antiaging produce entonces, un retardo en el envejecimiento de los órganos y sistemas del cuerpo, y no solo de la piel, lo que diferencia el termino de otro similar: “anti edad”.

Aunque la industria farmacéutica ha desarrollado muchos productos que, en teoría, logran producir el efecto antiaging, las investigaciones más serias sobre el tema, demuestran que el mayor aporte de antioxidantes, vitaminas y minerales que combatan los radicales libres, y que por tanto desencadenen un  verdadero efecto antiaging , está en el consumo de algunos alimentos que, más allá de retrasar el envejecimiento del organismo, previenen la aparición del cáncer o de las enfermedades cardio vasculares.

Los alimentos que desencadenan el efecto antiaging

Entre los alimentos más ricos en antioxidantes son las verduras de hojas verdes, especialmente hierbas. Este tipo de hierbas o verduras, potencian su efecto si se consumen crudas, o con muy poca cocción.

Todas las frutas y verduras ricas en vitaminas A, C, y E, son alimentos con propiedades antienvejecimiento. Algunos, como el tomate, contienen licopeno, un elemento muy eficaz en la lucha contra los radicales libres.  El té, el zumo de uva, el aceite de oliva y los frutos oleaginosos, contienen polifenoles, elementos que tienen efecto similar.

La vitamina E, previene la oxidación de las LDL y la aparición del colesterol malo. Ella se encuentra en las avellanas, nueces, semillas de frutos secos y aceite de pescado.

La vitamina  actúa nutriendo las células y las protege de daños causado por oxidantes. Se encuentra en la fresa, naranja, piña o kiwi.

Los carotenoides como el beta caroteno y el licopeno se encuentra en las zanahorias, fresas, tomates, calabazas, albaricoque, cerezas, remolachas, papaya y mango.

Finalmente, los polifenoles, resveratrol y los flavonoides se encuentran en la lechuga roja, la col, el chocolate, la canela, el orégano, el aceite de oliva, el té, la espinaca, el brócoli, las uvas, plátanos, guayabas, jengibres, clavo de olor, nueces y vino tinto.