El citomegalovirus (CMV) es un virus muy común que pertenece a la familia de los herpesviridae, la misma que engloba a virus como el herpes simple (HSV) o el varicela-zóster (VZV). Se estima que entre el 60 y el 90% de la población adulta ha estado en contacto con CMV en algún momento, muchas veces sin presentar síntomas.
Lo que destaca de este virus es su capacidad para quedarse en el cuerpo de forma latente tras la infección inicial. Aunque la mayoría de las personas sanas no desarrollan complicaciones, el CMV puede reactivarse en situaciones de inmunosupresión, y convertirse en un riesgo para la salud.
Citomegalovirus y su fase latente: ¿qué significa?
Tras una primera infección (que a menudo pasa desapercibida o con síntomas leves parecidos a una gripe), el CMV no desaparece por completo. En lugar de eso, se esconde en determinadas células del sistema inmune, especialmente monocitos y macrófagos, entrando en una fase llamada latencia.
Durante esta fase el virus no se multiplica activamente, no hay síntomas visibles y el sistema inmune mantiene una vigilancia constante para evitar su reactivación.
Este estado puede mantenerse de forma indefinida si las defensas están en equilibrio. Pero si el sistema inmunológico se debilita -por enfermedad, tratamientos médicos o situaciones de estrés prolongado-, el virus puede volver a activarse y causar complicaciones.
¿Qué tipo de personas tienen mayor riesgo de reactivación del CMV?
- Personas trasplantadas
Quienes han recibido un trasplante (de órgano sólido o médula ósea) deben tomar medicación inmunosupresora para evitar el rechazo. Esta inmunosupresión puede facilitar la reactivación del CMV, lo que puede llevar a infecciones graves en órganos como el hígado, los pulmones o los ojos. Por eso, el control del CMV es una prioridad en protocolos post-trasplante.
- Pacientes oncológicos
La quimioterapia y otros tratamientos dirigidos a células del sistema inmune reducen la capacidad del cuerpo para contener infecciones latentes. El CMV puede reactivarse y agravar el cuadro clínico, dificultando la continuidad del tratamiento.
- Mujeres embarazadas
El CMV puede transmitirse de madre a hijo durante el embarazo (transmisión vertical). Si la madre contrae el virus por primera vez o sufre una reactivación, el virus puede atravesar la placenta y afectar al desarrollo del feto, provocando secuelas neurológicas, auditivas o motoras.
En todos estos casos, reforzar el sistema inmunológico de base es una estrategia clave para reducir el riesgo de reactivación.
¿Cómo se controla el citomegalovirus? Estrategias médicas y complementarias
La medicina convencional cuenta con herramientas eficaces para el seguimiento del citomegalovirus como fármacos antivirales o ajustes en la dosis de inmunosupresores si el virus se activa.
Sin embargo, cada vez cobra más importancia el uso de estrategias complementarias para reforzar el sistema inmune, especialmente en pacientes que no presentan infección activa, pero sí riesgo.
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Si tienes citomegalovirus latente y formas parte de la población de riesgo, reforzar tu sistema inmune es muy importante para ayudar a tu cuerpo a mantener el virus bajo control y reducir las posibilidades de reactivación.
