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Cuerpo y energía: cómo funciona, qué tipos hay y cómo potenciarla

¿Te sientes cansado, sin concentración o con falta de vitalidad? Estos son signos de que tu cuerpo y energía no están en equilibrio. La energía es el motor que nos permite movernos, pensar, respirar y realizar cada una de nuestras funciones vitales. Pero ¿cómo se genera, cómo se utiliza y por qué es tan esencial para la salud física y mental?

El organismo transforma los nutrientes que ingerimos en energía corporal mediante procesos complejos, donde las mitocondrias –conocidas como las “centrales energéticas” de las células– desempeñan un papel fundamental. Sin un correcto equilibrio energético, aparece la fatiga, la falta de rendimiento físico y la sensación de agotamiento mental.

Tipos de energía que utiliza el cuerpo humano

Cuando hablamos de tipos de energía en el organismo, nos referimos a las diferentes formas en que el cuerpo obtiene, almacena y usa la energía para realizar sus funciones. La energía corporal no es única; adopta distintas formas según la actividad que realizamos.

  1. Energía metabólica

Es la que se genera a partir de los alimentos que consumimos (hidratos de carbono, grasas y proteínas). Estos nutrientes se transforman en ATP (adenosín trifosfato), la molécula que actúa como “moneda energética” de nuestro cuerpo. El ATP se fabrica en las mitocondrias y es indispensable para todo: desde mover un músculo hasta mantener el corazón latiendo.

Ejemplo cotidiano: cuando desayunas y luego sales a caminar, tu cuerpo convierte esos nutrientes en ATP para darte la energía necesaria para moverte.

  1. Energía muscular

Cuando realizamos ejercicio o incluso al mantener la postura, los músculos necesitan grandes cantidades de ATP. Si la demanda es muy alta, el organismo utiliza reservas de glucógeno (azúcares almacenados en los músculos) para generar energía rápidamente.

Ejemplo: al subir unas escaleras o entrenar en el gimnasio, la energía muscular permite contraer los músculos de forma eficaz.

  1. Energía cerebral

El cerebro, aunque solo representa el 2% del peso corporal, consume cerca del 20% de la energía total del organismo. Su principal combustible es la glucosa, aunque en situaciones especiales (como ayuno prolongado) puede utilizar cuerpos cetónicos. Mantener un flujo constante de energía es clave para la memoria, la concentración y el estado de ánimo.

Ejemplo: cuando estudias o trabajas en algo que requiere concentración, tu cerebro está demandando energía de forma constante.

¿Cómo genera el cuerpo humano su energía?

Para que la función energética del organismo sea eficaz, el cuerpo transforma los alimentos que ingerimos en combustible utilizable. Este proceso, conocido como metabolismo energético, convierte hidratos de carbono, grasas y proteínas en ATP (adenosín trifosfato), la molécula que almacena y transporta energía en las células.

Todo comienza con la digestión de los nutrientes, que se descomponen en moléculas más simples (glucosa, ácidos grasos y aminoácidos). Estas moléculas entran en las células y son procesadas en las mitocondrias, donde ocurre el famoso ciclo de Krebs. En este ciclo, junto con el oxígeno que respiramos, se liberan electrones que permiten la síntesis de ATP.

El resultado es energía celular lista para usarse en funciones vitales: desde mover un músculo hasta mantener el cerebro en plena actividad. Sin oxígeno, vitaminas (como la B1, B6 y B12), minerales y cofactores enzimáticos, esta producción de energía sería imposible.

En resumen, la combinación adecuada de nutrientes, oxígeno y reacciones bioquímicas garantiza que tu cuerpo disponga del combustible necesario para mantenerte activo, enfocado y saludable.

¿Cuánta energía necesita el cuerpo humano?

La cantidad de energía en las personas varía según múltiples factores como la edad, el género, la altura, el peso, el nivel de actividad física y el metabolismo. No todos los cuerpos requieren la misma cantidad de combustible: mientras que alguien sedentario necesita cubrir funciones básicas, un deportista o una persona muy activa necesita mucho más para sostener su rendimiento.

En promedio, un adulto sedentario utiliza alrededor de 1600-2000 calorías por día para mantener sus funciones corporales básicas. Sin embargo, si una persona es muy activa físicamente puede necesitar consumir entre 2400-3000 calorías, e incluso más en casos de entrenamiento intenso.

Además del nivel de actividad, influyen factores como la masa muscular (a mayor masa magra, mayor gasto energético) y el efecto térmico de los alimentos, es decir, la energía que el cuerpo usa para digerir y metabolizar lo que comemos (aproximadamente un 10% del gasto energético total).

El cuerpo distribuye esta energía de manera estratégica: el cerebro es el órgano que más consume, incluso en reposo. Aunque solo representa el 2% del peso corporal, utiliza aproximadamente el 20% de la energía total para mantener funciones como la memoria, el pensamiento y la atención. El resto se destina a órganos vitales y, cuando realizamos esfuerzo físico, a los músculos, que aumentan exponencialmente su consumo de energía durante la actividad.

Por lo tanto, si quieres sentirte lleno de energía y, al llegar al final del día, sentir que has podido con todo y aún puedes con más, te recomendamos sigas los siguientes consejos:

  • Consumir una dieta equilibrada y saludable rica en hierro.
  • Comer en horarios regulares.
  • Dormir bien.
  • Hidratarte más.
  • Consumir complementos, indispensables para asegurarse de que el cuerpo y cerebro tengan los nutrientes para generar energía y puedan funcionar correctamente.

¿Por qué sentimos falta de energía en el cuerpo?

La falta de energía en el cuerpo es un síntoma común que puede deberse a múltiples factores, tanto físicos como emocionales. Entre las causas más habituales se encuentran:

  • Estrés prolongado: Cuando vivimos en estado de alerta constante, el organismo consume más recursos energéticos y agota sus reservas.
  • Mala alimentación: Dietas pobres en nutrientes esenciales, vitaminas y minerales dificultan la correcta producción de energía celular.
  • Falta de sueño: Dormir poco o mal reduce la capacidad de regeneración y afecta el equilibrio hormonal, disminuyendo la vitalidad.
  • Enfermedades crónicas: Patologías como hipotiroidismo, diabetes o síndrome de fatiga crónica pueden provocar un déficit energético constante.

Los síntomas más frecuentes que indican bajos niveles de energía corporal son:

  • Cansancio persistente incluso tras descansar.
  • Dificultad para concentrarse y falta de motivación.
  • Debilidad muscular y sensación de pesadez.
  • Cambios de humor e irritabilidad.

Cómo tener más energía en el día a día

Si te preguntas cómo tener más energía, la clave está en mantener hábitos que favorezcan el equilibrio físico y mental. Aquí tienes consejos prácticos organizados por categorías:

  1. Alimentación
  • Prioriza alimentos ricos en magnesio (espinacas, almendras), proteínas de calidad (pescado, huevos) y carbohidratos complejos (avena, arroz integral) para mantener un flujo constante de energía.
  • Evita los picos de azúcar que producen bajones energéticos.
  1. Sueño
  • Duerme entre 7 y 8 horas diarias en un ambiente oscuro y tranquilo.
  • Crea rutinas relajantes antes de dormir para mejorar la calidad del descanso.
  1. Hidratación
  • Bebe al menos 1,5 a 2 litros de agua al día. Incluso una deshidratación leve puede provocar fatiga y falta de concentración.
  1. Movimiento
  • Realiza actividad física moderada como caminar, yoga o estiramientos. El ejercicio mejora la circulación y la oxigenación celular.
  • Si pasas muchas horas sentado, haz pausas activas cada hora.
  1. Suplementos
  • Apóyate en complementos que favorezcan la función energética

¿Qué papel juega la electricidad en el cuerpo humano?

La electricidad en el cuerpo humano es fundamental para la vida. Nuestro organismo genera impulsos eléctricos que controlan funciones vitales como:

  • El ritmo cardíaco: El corazón late gracias a impulsos eléctricos que marcan cada contracción.
  • La contracción muscular: Cada movimiento depende de señales eléctricas que viajan desde el cerebro hasta los músculos.
  • La transmisión nerviosa: Las neuronas se comunican mediante impulsos eléctricos que permiten pensar, sentir y reaccionar.

Sin esta electricidad biológica, el cuerpo no podría coordinar sus funciones ni producir energía de manera eficiente. Está íntimamente relacionada con la función energética y con la capacidad del organismo para mantener el equilibrio celular.

La función energética del cuerpo humano

La función energética consiste en generar, almacenar y distribuir energía para que cada célula cumpla su papel. A nivel fisiológico, los nutrientes se transforman en ATP mediante procesos como la glucólisis y el ciclo de Krebs en las mitocondrias.

Este ATP alimenta todas las funciones:

  • Hormonales: regulando procesos como el metabolismo y la respuesta al estrés.
  • Cognitivas: permitiendo mantener la concentración y la memoria activas.
  • Musculares: sosteniendo el movimiento y la fuerza.

Mantener un equilibrio energético es esencial para la salud global. Cuando este se rompe, aparecen la fatiga, la falta de motivación y el bajo rendimiento físico.

Conclusión: cómo potenciar la energía en las personas

La energía en las personas depende de factores como la alimentación, el descanso, la hidratación y el manejo del estrés. Si el organismo no recibe los nutrientes adecuados, su capacidad para producir y mantener un nivel energético óptimo disminuye.

Por eso, es importante adoptar hábitos sostenibles: comer equilibrado, moverse a diario, dormir bien e hidratarse. Y cuando el ritmo de vida lo exige, apoyarse en suplementos naturales que proporcionan energía puede marcar la diferencia.

Recuperar tu energía es posible. Con hábitos saludables y apoyo natural, tu cuerpo puede rendir al máximo.

Preguntas frecuentes sobre cómo funciona la energía en nuestro cuerpo

¿Por qué siento falta de energía en el cuerpo, aunque coma bien?

La falta de energía en el cuerpo no siempre está relacionada únicamente con la alimentación. Aunque lleves una dieta equilibrada, factores como el estrés crónico, la falta de descanso reparador, la deficiencia de vitaminas y minerales (por ejemplo, B12, hierro o magnesio), la deshidratación o incluso alteraciones hormonales pueden afectar tus niveles energéticos. Comer bien es importante, pero el equilibrio global es la clave.

 

¿Qué puedo hacer para tener más energía durante el día?

Si te preguntas cómo tener más energía, lo ideal es combinar buenos hábitos:
Dormir entre 7 y 8 horas diarias para que tu cuerpo se recupere.
Hidratarte correctamente (1,5-2 L al día).
Hacer pausas activas si trabajas sentado, para activar la circulación.
Consumir alimentos energéticos como cereales integrales, frutos secos y vegetales verdes.
Apoyarte en suplementos naturales que proporcionen energía física y mental

 

¿Qué alimentos aumentan la energía corporal de forma natural?

Algunos alimentos que ayudan a aumentar la energía corporal son:

  • Plátano: rico en potasio y carbohidratos de absorción lenta.
  • Avena: fuente de energía sostenida y fibra.
  • Frutos secos: cargados de magnesio y grasas saludables.
  • Aguacate: aporta grasas buenas para la función cerebral.
  • Pescado azul: rico en ácidos grasos omega-3.
  • Chocolate negro: antioxidante y estimulante natural.

 

¿Cómo afecta el estrés al nivel energético del cuerpo?

El estrés crónico es uno de los principales factores que disminuyen la energía en las personas. Afecta al sistema nervioso, agota las reservas de nutrientes y altera el sueño y las hormonas. Como consecuencia, te sientes más cansado, irritable y con menos capacidad de concentración.

 

¿Cuál es la función energética del cuerpo humano?

La función energética consiste en transformar los nutrientes que ingerimos en energía celular (ATP), necesaria para todas las funciones vitales: respirar, moverse, pensar, digerir, etc. Este proceso ocurre principalmente en las mitocondrias a través de rutas metabólicas como la glucólisis y el ciclo de Krebs, donde intervienen nutrientes, oxígeno y vitaminas.

 

¿Qué suplemento natural puede ayudar a recuperar mi energía?

En Vitae nos gusta cuidarte es por ello que contamos con tres complementos para que te olvides del cansancio físico y mental, y así puedas disfrutar cada segundo del día.

ReConnect®

Con NADH, coenzima Q10, serina y vitamina C, clínicamente testado para mejorar el rendimiento físico y cognitivo.
✔ Aumenta la vitalidad y la concentración.
✔ Reduce el cansancio y la fatiga.

EnergyVita®

Multivitamínico natural con espino amarillo, calabaza y coenzima Q10.
✔ Energía sostenida durante el día.
✔ Refuerzo inmunitario y reducción del cansancio.

MagVita Q10

Magnesio + coenzima Q10 para el equilibrio muscular y energético.
✔ Disminuye la fatiga.
✔ Favorece la función muscular y la producción de energía.

 

Revisado por: Luisa Varela, Directora Técnica de Vitae Health Innovation

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