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La vigorexia, un trastorno difícil de detectar

Algunas personas no se sienten a gusto con su físico y entrenan varias horas al día. Descubre de qué se trata la vigorexia y cómo prevenirla.

Realizar actividad física es bueno para nuestra salud, siempre y cuando se realice en la medida adecuada. Los excesos nunca son buenos y traen muchas consecuencias. Algunos jóvenes, en especial hombres, se encuentran disconformes con su aspecto y pasan largas horas del día en el gimnasio. Sin embargo, el problema se presenta cuando se vuelve una obsesión y frente al espejo no logran ver su verdadera apariencia. Este trastorno se lo conoce como vigorexia o anorexia invertida.

Vigorexia: características

Si bien aún la vigorexia no es considerada una enfermedad, la disforia muscular representa un trastorno que sufren 1 de cada 10 jóvenes que van al gimnasio. La mayoría, no logra ver su verdadero aspecto y se sienten débiles y «flacos». Es por ello que recurren a varias horas de entrenamiento y al consumo de suplementos dietéticos que los ayuden a ganar músculos. Tal como ocurre con la anorexia, los jóvenes sienten rechazo por su cuerpo ya que tienen una visión distorsionada de su cuerpo.

La obsesión por la comida también se vuelve un componente fundamental de la vigorexia. Quienes la sufren realizan dietas estrictas libres de grasa y con gran cantidad de proteína. Incluso, cuando no pueden realizarla se sienten irritados y frustrados. Lo mismo les sucede cuando no pueden realizar actividad física o alguien critica su entrenamiento. Sin embargo, tanta exigencia los lleva a aislarse y abandonar sus actividades de ocio e incluso sus responsabilidades.

Es importante comprender que no todas las personas que entrenan varias horas al día sufren vigorexia, aunque debemos estar atentos a las señales que presentan:

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