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Aftas bucales, pequeñas pero matonas

Aftas bucales

Aunque el tema no sea el tema más glamuroso del mundo, las aftas bucales son un tipo de lesión que, a casi todos, nos ha afectado en algún momento a lo largo de nuestra vida. Por esto hemos creído necesario hacer un artículo donde `poder explicar las bondades de uno de los ingredientes más eficaces y potentes para el tratamiento de las llagas.

Según la web de Colgate hay que diferenciar bien entre una afta, un herpes labial, la leucoplasia y la candidiasis. Todas ellas se consideran lesiones bucales, pero hay algunas diferencias a tener en cuenta.

Cómo tratarlas de forma natural

Hay distintas vías para curar un afta bucal, una de las más conocidas consiste en utilizar enjuagues de agua y sal, ya que la sal es un potente antiséptico, barato y fácil de conseguir. También podemos echar mano del bicarbonato de sodio o untar la herida con agua oxigenada. Pero la verdadera revolución para el tratamiento de las aftas bucales se llama espino amarillo.

De este arbusto podemos obtener unos frutos o bayas que tienen un alto contenido en Omega 7, un ácido graso con grandes cantidades de vitamina C, A, E, BQ y K. El aceite de espino amarillo es un potente regenerador de la piel y nutre e hidrata las mucosas de todo el cuerpo, desde dentro hacia fuera. Está comprobado por distintos estudios que este aceite mejora la calidad e hidratación de las mucosas, así como la elasticidad de la piel.

La verdad (por experiencia propia) que es un remedio maravilloso para acabar con estas heridas tan pequeñas pero matonas.

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