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Colorantes alimentarios…¿Son seguros para los niños?

Colorantes alimentarios

¿Es seguro el colorante alimentario para los niños? Los podemos encontrar desde en ositos de goma hasta en el sushi o el pan. Los colorantes artificiales hacen que los alimentos sean más divertidos, pero ¿Cuál es el precio?

¿Sabes cuando a tu hijo le da un subidón y se pone hiperactivo después de comer una galleta cubierta con glaseado rojo y chispas de colores?

Lo más habitual es asumir que el azúcar es el responsable de ese subidón de energía, pero las investigaciones sugieren que parte de la culpa es de los colorantes alimentarios artificiales.

Los colorantes alimentarios los podemos encontrar en todas partes: en dulces, en todo tipo de bebidas, en cereales para el desayuno… incluso en algunos tipos de pan.

Las investigaciones han relacionado los colorantes artificiales con síntomas típicos del TDAH (como la hiperactividad), cambios en el comportamiento (irritabilidad y depresión), entre otros efectos secundarios. En un estudio realizado en Australia, resultó que el 75% de los padres entrevistados notaron una mejora en la capacidad de atención y en el comportamiento, después de eliminar los colorantes de la dieta.

Además, algunos de los colorantes artificiales más utilizados contienen benzeno, una sustancia conocida por ser cancerígena. Sin embargo, no todos los artificiales son dañinos o peligrosos.

¿Debería evitar los colorantes artificiales?

Por supuesto, es recomendable minimizar la ingesta de colorantes artificiales en la dieta de los niños, ya que están en una etapa muy importante del desarrollo.

Para ser más conscientes del efecto que tienen en tu hijo, sería recomendable cortar por completo la ingesta de colorantes durante 1-2 semanas, para comprobar si existe una mejora notable, o bien si se identifica algún cambio después de reintroducir los alimentos habituales.

Lo más importante a tener en cuenta para controlar y minimizar los colorantes que ingerimos en nuestra dieta es:

Elige alimentos que utilicen exclusivamente colorantes naturales, de extractos de frutas y verduras. Además, los medicamentos y complementos alimenticios para niños (jarabes líquidos, por ejemplo), también pueden contener colorantes, que es mejor evitar siempre que sea posible.

Los alimentos que vienen empaquetados han sido procesados y casi siempre contienen colorantes u otras sustancias que sería mejor evitar. Prepara la comida tú misma en casa para estar segura de que no hay sorpresas y evita los alimentos procesados siempre que sea posible.

Evite darles a tus hijos alimentos procesados desde que son pequeños, porque una vez los niños se acostumbran a comer estos alimentos, puede ser difícil eliminarlos de la dieta. Cuando tu hijo quiera un alimento con colorantes, explícale por qué los alimentos de colores brillantes pueden no ser la mejor opción para sus cuerpos y enséñales que las frutas también son igual de dulces y sabrosas. Si tu hijo va a una fiesta, por ejemplo, prepáralo para que elija el zumo de manzana en lugar de un refresco. Y lo más importante, predicar con el ejemplo.

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